Un hombre llega a casa muy apresuradamente, rechina las llantas de su auto en la entrada, corre dentro de la casa tirando las puertas y grita a todo pulmón:
- ¡Querida! Empaca las maletas. ¡Gané la loteríaaa!
La mujer responde entusiasmada:
- ¡Dios mío! ¿Qué debo empacar? ¿Ropa de playa o de montaña?
Él responde:
- No tiene importancia. ¡Sólo empaca y lárgate!
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